Ramos secos

Hombres solos, fingidos, ramos secos,

parados en las cuevas en que les puso el viento,

tienen, callando, un único lamento:

hallarse viejos y la vez perdidos.

 

Mísero refugio es el hogar,

cuando la vida sierra como tumba,

y como siempre sigue resonando

hondas preguntas sin réplica ninguna.

 

Cuánta más grave te ha sido la pasión

a ti que nunca a nadie no tuviste:

sólo asesinos de cada tu razón.

 

Y no curarte si alguien

viene buscando ritos y perversiones:

escupa silencio al odio de cualquiera.

 

01-12-2011

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