Otros mirarán esta tarde
ya dulce y serena,
una mar luminosa y una brama
de caricias infinitas, una negra
y plácida sombra
remojada en agua y flores.
Vagar sin palabras,
con la brasa
de alientos y cabellos abrazados,
desde niños vividos,
agarrados a la misma canción.
Después, llores y me inundas
de miradas y gozo profundo
y nunca
quisiera decirte un adiós
que me aleje por siempre.
01-12-2011
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