A mi hijo

¡Ojalá que ames

toda la vida

como yo quiero tu cándida mirada!

¡Ojalá que tú, hijo mío,

nunca sufras

el dolor que siento en cada hora!

Cuando sabrás de mi quimera,

sacude las alas

y arrójate en el viento,

a qué te limpies del polvo y el olor.

 

01-12-2011

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